Cuando P. recuperó por fin su Lamborghini 140 Gallardo Coupé, una bestia parda del asfalto, ya era demasiado tarde: en el desguace al que había llegado por error lo habían reducido a chatarra. El lujoso automóvil era un hermoso cadáver de color amarillo, pero un cadáver a fin de cuentas.
P. no daba crédito. Es normal. El coche le había salido por 150.000 euros. Y era de segunda mano. Nuevo puede costar 180.000. En ambos casos, una pasta. Eso ocurrió en 2010.
Lo más chocante es que el responsable del estropicio era el Ayuntamiento de Granada. La Policía Local detuvo a P. cuando iba al volante del Lamborghini y acordó llevar el vehículo al depósito municipal para que estuviera a disposición del juez. Un año después, el dueño del Lamborghini solicitó recuperar el deportivo y el tribunal accedió. Una representante legal de P. se llegó hasta el «garaje municipal» y allí le dijeron que no había ningún Lamborghini amarillo –ni de otro color–. Estupefacto, P. pidió a la justicia que investigase qué es lo que había sucedido para que el deslumbrante automóvil se hubiese evaporado.
La Policía Local indagó y desentrañó el misterio:«Por error», se había incoado un expediente «administrativo que concluyó con la declaración del vehículo como residuo sólido urbano». El paso siguiente fue venderlo a un desguace. El Lamborghini estaba sentenciado. Por decirlo llanamente, la administración había tirado a la basura –eso sí, por equivocación– una máquina fuera de serie.
Cuando el damnificado dio con él, ya había sido descuartizado: faltaban las ruedas y numerosas piezas del motor. Vamos, lo normal cuando un coche acaba en un desguace. Como es natural, el damnificado demandó al Ayuntamiento de la capital. Según P., la actuación del Consistorio fue «defectuosa» y le causó un perjuicio que cuantificó en 91.976,40 euros y que él no tenía «la obligación de soportar».
«Nulo de pleno derecho»
En este sentido, Matías Delgado, el letrado que defendió los intereses de P., sostuvo «que el expediente administrativo seguido para la declaración del vehículo como residuo sólido urbano» era «nulo de pleno derecho».
Ahora, tres años después de que se produjera el insólito incidente, el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 5 de Granada, les ha dado la razón... o buena parte de ella. En una reciente sentencia, que el Ayuntamiento no ha recurrido y, por tanto, ya es firme, ordena a dicha institución que abone a P. 76.733 euros, «más los intereses».
El tribunal ha entendido que existió una actuación incorrecta y negligente por parte del Ayuntamiento a la hora de notificar al afectado la vicisitudes del Lamborghini.
Entre otros argumentos, el juez dictamina que no es razonable que P. no hiciera nada cuando, supuestamente, el Ayuntamiento le comunicó que el Lamborghini corría el riesgo de terminar convertido en chatarra. «Dado» el importante valor «económico» del automóvil en cuestión –afirma el magistrado– «no resulta razonable que, de haber conocido los apercibimientos de retirada que le dirigía el Ayuntamiento con la advertencia de declararlo residuo sólido urbano, no se pusiera en contacto con la administración para aclarar el malentendido».
Pasividad
De hecho, el Consistorio alegó en su descargo «una pretendida pasividad» del dueño del Lamborghini, algo que la resolución judicial descarta por una sencilla razón: desatender los presuntos requerimientos municipales solo «le podría suponer un grave perjuicio patrimonial», que, al final, fue lo que ocurrió.
La buena noticia para el Ayuntamiento es que el tribunal, a la hora de establecer la indemnización, considera más ajustada la valoración del coche que aportó dicha institución, 76.733 euros, una cantidad inferior a la que reclamaba el perjudicado, que ascendía a 91.976 euros. O sea, que pudo ser peor.
Lo que sí rechaza de plano el juez es la posibilidad de reparar el Lamborghini –una alternativa que parece que también ofreció el Ayuntamiento– «porque pasa por el alto –recalca la sentencia– el dato incuestionable de que el vehículo ya ha sido vendido a un tercero de buena fe».
Matías Delgado, el abogado de P., dijo ayer a IDEAL que solo estaban «moderadamente satisfechos», que esperaban más. «Pero, bueno, no es fácil que se reconozca que una administración ha fallado y, en esta ocasión, se ha conseguido».
Sea como fuere, el letrado admitió que nunca se había enfrentado a un caso igual. «Ha sido un episodio rocambolesco, la verdad. Yo me dedicó a estos temas y había tenido asuntos de responsabilidad patrimonial, pero nunca de la envergadura de este. No, no es normal. Al menos a mí no me había pasado», insistió.
IDEAL contactó a través del jurista con la familiares del propietario del ‘infortunado’ Lamborghini y estos indicaron que prefería no hacer declaraciones.
El pleno del Ayuntamiento –previsiblemente, porque el PP tiene mayoría absoluta– aprobará mañana cumplir la sentencia, esto es, pagar el Lamborghini.
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