El agente obligado a cazar conductores.


GC de tráfico sancionando a un conductor
GC de tráfico sancionando a un conductor

Hace escasos 15 días, recibí una sanción por exceso de velocidad. Sanción de 400€ que, por pronto pago se redujeron a 200€ y como no 4 puntos, que al fin y al cabo me dan exactamente igual, porque los tengo todos. Vistas las cifras, aparenta que como mínimo me dediqué a hacer el cafre en una rotonda, pero nada más lejos de la realidad. Mi sanción grave se reduce a no haber visto una señal de 50Km/h en una vía limitada hasta ese momento a 80.

Ciertamente en ese momento, uno se espera que el guardia civil de turno, se le aproxime con aires prepotentes, con esa cara de «Te pillé» para después poder contarle a amigos y conocidos lo malas que son las fuerzas de seguridad del estado. Lo cierto es que, el agente que me atendió rebosaba amabilidad, y educación, a lo que respondí de igual forma a pesar de estar maldiciendo mi despiste. Ambos estábamos con cara de no querer estar allí, en aquel momento y en aquellas circustancias.

Viendo la pesadumbre del agente en cuestión, y sin entrar en la idoneidad del lugar del radar, ni de como estaba colocado. No puedo ni imaginarme lo que tiene que ser estar toda la mañana, colocado después de un radar, multando a todo aquel que se despista y se salta un límite tan estúpido como aquel, sin viviendas, en una nacional y a más de 2km hasta el cruce más próximo.

Logo Dirección General de Tráfico
Logo Dirección General de Tráfico

Por un lado, aguantar los improperios de aquellos conductores que se sienten cazados, perseguidos e incluso acosados por la actual legislación de tráfico. Toda una mañana aguantando gritos, insultos… un día tras otro… eso acaba con la vitalidad de cualquiera.Y si no están de acuerdo, o no ponen suficientes multas, los sancionan y les quitan parte de su salario .
Como reflejaba su actitud, ese agente comprenderá la situación de los multados, porque con la crisis actual se reflejará en muchos miembros de su propia familia. Personas con problemas para llegar a final de mes y que, de golpe y porrazo, les desaparece un 20% de su salario por una sanción poco ética.

Pero a pesar de ser los agentes de tráfico los que dan la cara, y los que reciben las bofetadas morales e improperios de los ciudadanos, no son ellos los legisladores, no son ellos los que ponen normas abusivas, ni son ellos los que deciden poner sanciones que rozan lo inmoral. Son los políticos, los cuales luego se las saltan a la torera, los que imponen estas normas «por nuestra seguridad».

Recordemos que en 2004, la recaudación de la Dirección General de Tráfico derivada de las infracciones de los conductores ascendió a 120 millones de euros. El importe total recaudado fue de 412 millones de euros en multas durante el año 2012 Y esto fue un 11,7% menos que en 2011. Osea, ya no son sanciones, son un impuesto más.